Qué soledad tan fría es la soledad nocturna, y más cuando tu visión, a la que anhelo, habita lejos y furiosa, sin palabra ni escucha. Soledad de soledades, soledad de luz de luna, sintiendo el amor cerca pero sin lograr que se acerque nunca.
Indagan las palabras mi cerebro, trepando en camino desde el corazón, que se resiente a estar hermético, y grita con dolor. ¿Qué absurda indiferencia de mi ser mantiene adormecido mis sentidos? En languidez total deseo verte, y al punto sacudir mi estupidez, y despertar de nuevo la euforia, y retenerte, poseyéndonos una y otra vez, y perder la noción del tiempo y olvidarnos de este sin sentido, de tu brillante redondez, de tu lujuria transitoria menguante.
Indagan las palabras mi cerebro, trepando en camino desde el corazón, que se resiente a estar hermético, y grita con dolor. ¿Qué absurda indiferencia de mi ser mantiene adormecido mis sentidos? En languidez total deseo verte, y al punto sacudir mi estupidez, y despertar de nuevo la euforia, y retenerte, poseyéndonos una y otra vez, y perder la noción del tiempo y olvidarnos de este sin sentido, de tu brillante redondez, de tu lujuria transitoria menguante.
Espero que vengas, tal vez, trayendo perspectivas que tuve y olvidé, gocé y perdí, palabras que escupí y sin maldad grité; volveré a luchar por borrarlas vivas, y mi horizonte, que ahora se siente desvanecido, se perfilé desde la nebulosa, y espero que, de nuevo, mi mirada devuelva sentido a tu visión, volviendo de nuevo a sentir mi ser completado, dentro de mí, en derredor, y en lejanía, y de nuevo colgar del cuello tu grandioso resplandor, como un amuleto, muerta la sombra de la noche fría, mi pasión y mi deseo por tu fluorescente resplandor.
Sé que el día es separación y fatiga, en el que nuestro amor duerme inacabado, paisaje sin luz, desarbolado, como leyenda recitada sin intriga. Esperemos con fervor de amiga que el alba rompa el candado de nuestra lejanía y que la noche despierte en mi mezquina mente, tu radiante claridad, deseando de nuevo poder hacerte el amor en sueños, y renacer en tu alegría creciente, y que tu inusitada sonrisa diagonal de la luna lunera llene de energía mi alma como lo haces noche tras noche, en mi mundo onírico, mi virtualismo de acción, en el que eres y serás mi centro de atención.